- Liderar en la incertidumbre:es inevitable y cada vez se agudiza más, por lo que estar preparados para liderar a nuestros equipos a través de aguas turbulentas es fundamental.
- Abrazar la incomodidad de no saber. Pasar de una mentalidad de “sabelotodo” a una de “aprenderlo todo”. No necesitamos tener todas las respuestas sino las preguntas más potentes.
- Distinguir entre asuntos “complicados”( aquellos que son difíciles de entender, pero al dividir el problema en partes discretas y consultar con expertos, en general, encontramos la solución).
- Cómo dar retroalimentación para mejorar, de forma remota.
- Empezar con preguntar al propio colaborador su percepción.
- Expresar apreciación por el otro antes de la crítica, para que sea más receptivo.
- Transmitir intenciones positivas y que el objetivo es su mejora.
- Aclarar y contrastar. Ser bien específico en el comentario y transmitir qué es lo que no queremos que se entienda.
- Pedirle al colaborador que sintetice los puntos clave de la conversación.
- El arte de dar seguimiento.
- Evitar palabras o frases genéricas como “seguimiento” o “revisando” que pueden ser mal percibidas y retrasar más aún el proceso. Ser bien específico como por ejemplo “Próximos pasos en el proyecto X”.
- Considerar el tono que usamos. Tratar de ser amable y educado.
- Ser conciso y específico ofreciendo una opción accesible. Preservar la relación es clave y no romper puentes.
- Cuatro factores comunes que los ayudan a aprovechar al máximo su tiempo.
- Organizar las reuniones por bloques, si uno puede concentrar todas las reuniones en ciertos horarios, tendrá también bloques para focalizarse en tareas de pensamiento y reflexión personal.
- Modificar el entorno para cambiar nuestros hábitos autodestructivos. Si invertimos mucho tiempo con el celular, dejarlo en otro lugar; si nos distraemos fácilmente, eliminar notificaciones de mensajes.
- Leer el trabajo escrito en voz alta. Escuchar las palabras que escribimos acelerará y aclarará nuestro proceso de escritura.
- Empezar el día con una práctica simple y saludable.
Cada mañana, al comenzar el día, hay que completar 3 oraciones bien simples (pero no fáciles). La recomendación es hacerlo antes de conectarse al celular o encender la computadora, se puede realizar en papel, en voz alta o mentalmente.
- Hoy me centraré en ________.
- Hoy, estoy agradecido por ________.
- Hoy dejaré de ________.
La clave es ser específico en las respuestas; responder generalidades no contribuirá en nada.
Autor: Alejandro Melamed.
Públicado por: Harvard Business Review
Adaptación: Dinámica Empresarial Consultores S.A. de C.V.
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