Las seis habilidades requeridas para el liderazgo crítico.

Las seis habilidades requeridas para el liderazgo crítico.

Un líder que piensa de forma crítica y se hace preguntas constantemente es una persona curiosa que busca el qué, el por qué y el para qué detrás de cada idea o propuesta. Esta persona ha de desarrollar habilidades que son vitales para liderar equipos, como:

 

  1. Humildad para aceptar que sus propias opiniones pueden estar equivocadas.
  2. Adaptabilidad al aceptar afirmaciones como verdaderas incluso cuando entran en conflicto con sus propios puntos de vista.
  3. Flexibilidad para adoptar temporalmente una posición inicial con la que no se está de acuerdo, y luego razonar desde ese punto de partida.
  4. Excelencia conversacional que le lleve a detectar y evitar falacias.
  5. Conocimiento suficiente sobre cómo actúa el cerebro, para detectar y evitar sesgos.
  6. Disposición a invertir tiempo en “pesar la verdad” en sus argumentos.

El pensamiento crítico está relacionado con la reflexión, la humildad, la honestidad intelectual, la autenticidad y la amplitud mental, en contraposición a la pereza intelectual y la estrechez mental. Toda persona que quiera desarrollar su capacidad crítica debería:

  • Formular problemas y preguntas fundamentales con claridad y precisión.
  • Reunir y evaluar objetivamente todo tipo de información, incluso la que es totalmente discrepante, e interpretarla correctamente.
  • Llegar a conclusiones y soluciones bien razonadas, sometiéndolas a prueba, confrontándolas con criterios y estándares relevantes.
  • Comunicarse de manera efectiva con otros para idear soluciones a problemas complejos.
  • Pensar con mente abierta, reconociendo y evaluando, según sea necesario, los supuestos, implicaciones y consecuencias prácticas de sus pensamientos.

Si hay un aspecto común, y raramente planteado, en cuanto al pensamiento crítico y el creativo, es la valentía. El coraje es uno de los motores principales de las personas críticas y de las creativas, y también lo es de las organizaciones innovadoras y de las rigurosas. Es un verdadero misterio que, dada la importancia que tiene que en la cultura organizacional prime la valentía, esta apenas se haya abordado. La valentía, además de una cultura (a la que llamamos intraemprendimiento, proactividad, etc.), es un comportamiento, y, como el resto de los comportamientos, puede entrenarse. 

Los comportamientos caracterizaban a los valientes que remontaban las presiones situacionales en dicho experimento: 

 

  1. Reconocer los propios errores.
  2. Estar al mando de la atención propia (ser consciente de lo que piensas, dices y haces).
  3. Asumir la responsabilidad de nuestros actos.
  4. Afirmar nuestra dignidad individual.
  5. Respetar la autoridad legítima. 
  6. Preferir ser independientes a ser aceptados. 
  7. Oponer resistencia a la propaganda y la ideología.
  8. No sacrificar la libertad por una ilusión de seguridad. 
  9.  Sentir que uno está al mando de su propia vida; la autoeficacia percibida.
  10. Equilibrar la propia perspectiva del tiempo (sentirse parte de una herencia y que se contribuye a un futuro).

 

Todos estos aspectos personales pueden y deben ser desarrollados por las compañías mediante una cultura y prácticas adecuadas. La cultura es el humus que propicia o no que la crítica y la creatividad abunda en las organizaciones, disponiéndose para la creación y la toma de decisiones excelente.

 

 

 

Autor: Fran Chuan.
Publicado por: Harvard Deusto.
Adaptación: Dinámica Empresarial Consultores S.A. de C.V.
www.decsa.mx

 

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